Entre las múltiples aplicaciones de la parafina, tal vez la más interesante sea la utilización de este material en tratamientos de fisioterapia. A través de la aplicación de parafina sobre áreas del cuerpo que presentan rigidez o dolor, se logra aumentar la circulación de la sangre en la zona y relajar los músculos.

La terapia con parafina funciona por la flexibilidad del material y su capacidad para retener el calor. Al mismo tiempo, la humedad que se forma junto a la piel humecta y nutre sus capas más profundas.

¿Por qué se utiliza la parafina en rehabilitación?

La parafina es un material sumamente maleable, con un punto de fusión relativamente bajo y con una gran capacidad de conducción térmica. Una vez derretida, la parafina puede transmitir el calor por conducción y generar una agradable sensación en los pacientes durante la aplicación.

Para lograr fundir la parafina a una temperatura bien tolerada por la epidermis, suele combinarse con aceite mineral en una proporción de 1 parte de parafina y 6 o 7 de aceite.

¿Cómo funciona el tratamiento con parafina?

La aplicación de calor húmedo en zonas con dolor o rigidez ayuda a aliviar el dolor crónico, lograr la relajación muscular, activar la circulación y mejorar la apariencia de la piel.

Formas de aplicación

Existen tres formas principales de aplicar la parafina en tratamientos de rehabilitación:

• Por inmersión. Sumergiendo la parte del cuerpo en parafina líquida hasta que forma una película sobre ella.
• Por vertido. Bañando la zona con parafina y envolviéndola para dejar al paciente reposar.
• Con vendaje. Donde se aplica una venda embebida previamente en parafina.

La elección del método adecuado estará siempre en manos del profesional de salud a cargo del tratamiento, que sabrá optar por el más adecuado a las necesidades del paciente.